¡Hola a tod@s!
En esta nueva entrada voy a analizar una
conducta disruptiva de una alumna de 3 años con TEA. Después de dicho análisis,
plantearé un plan de acción para intentar extinguir esa conducta o
reconducirla. El hecho al que me refiero es que cada vez que la alumna tiene
que salir de clase para realizar una actividad en la que no voy a participar yo
(tutora): ir al aula de música, de psicomotricidad, al comedor..., tiene una
rabieta en la que se tira al suelo, patalea, grita y se muestra ansiosa y
angustiada.
Comenzaré realizando una recogida de información sobre la
conducta:
Antecedente: La conducta
tiene lugar en el aula en el momento en que la niña ve que viene otra persona
(diferentes maestras o monitora del comedor) para llevarse a los alumnos/as a
realizar otra actividad. Hasta ese momento ella se comporta de forma normal.
En casa también
le ocurre cuando está con sus padres y viene otro familiar (abuelos, tíos...)
para quedarse con ella, sin presencia de los padres, o llevársela a sus casas.
Topografía: La forma física
que tiene esta conducta es una rabieta (gritos, pataleos, caída al suelo,
ansiedad y angustia).
Función: La función que tiene esta
conducta es de evitación, ya que lo que pretende la niña es no tener que
separarse de sus personas de referencia.
Consecuencia: Lo que obtiene
la niña con esta conducta es una desestabilización total, ya que entra en un
estado de ansiedad que rompe con la seguridad que sentía hasta el momento.
En el colegio
consigue que yo me quede a solas con ella en el aula para tranquilizarla
mientras los compañeros/as se marchan a realizar la actividad.
En casa consigue
que los padres se queden con ella y no la dejen con otros familiares.
Una vez recogida
toda la información a través de la observación directa y entrevistas con la
familia, puedo establecer la hipótesis de que la niña siente una tremenda
inseguridad al separarse de sus figuras de apego y eso le genera una gran
angustia y ansiedad, por lo que quiere hacer cualquier cosa para evitar dicha
separación. Su forma de hacerlo es mediante rabietas ya que tampoco dispone de
muchas estrategias comunicativas ni de la adecuada autorregulación.
Plan
de acción: En primer
lugar, introduciré el planificador de rutinas en el que aparecerán pictogramas
que representen las diferentes actividades del día que estarán secuenciados por
orden de realización en la jornada escolar. Esto le permitirá a la niña
anticipar qué es lo que viene después en cada momento, lo que le aportará
seguridad y confianza y evitará, así, que le sorprenda el instante en el que
llega la otra persona (maestra o monitora de comedor) al aula.
Negociaré con la niña que, si cuando
llegue la otra persona al aula, ella se mantiene tranquila, le acompañaré hasta
la otra aula o el comedor. Cuando lleguemos allí, le dejaré en el sitio que le
corresponda y me marcharé. Si cuando yo me marche la niña no tiene una rabieta,
la maestra le reforzará verbalmente y le pondrá una pegatina, un sello o un
gomet a elección de la niña.
Instaré a las otras maestras y monitora a
que tengan también un planificador para que la niña tenga presente qué es lo
que va a ocurrir en cada momento.
Cuando regresen al aula, me contarán lo
ocurrido y, si es lo esperado, reforzaré verbalmente a la niña y le dejaré que
juegue, durante un rato, con sus muñecos favoritos, en el tiempo de rincones.
Por otra parte, trabajaré con ella la
autorregulación a través de paneles de petición en los que podrá ir mostrando
qué quiere en cada momento.
Tendré que ir observando cómo se
desarrolla el plan para, posteriormente, ir retirando apoyos como el de tener
que acompañarle a las otras actividades.
Este plan de acción es válido también
para las familias, siendo lis padres loa que realicen mi papel y el resto de
familiares tomarán el rol de las otras maestras.