¡Hola a tod@s!
En esta nueva entrada voy a poner en práctica una
nueva herramienta para la consecución de conductas en niños/as con TEA: el
contrato.
La alumna a la que va dirigido tiene 3 años y es el
primer contrato que hacemos (tanto en el aula como en casa), por lo que tiene
que ser sencillo para que ella lo entienda. Trabajaremos una conducta que le
supone un poco de esfuerzo realizar pero que, más o menos, le agrada para
comenzar así por una que no sea difícil: lavarse
los dientes.
Le propongo que si se lava los dientes al venir del
comedor tendrá la recompensa que ella quiera y ella escoge poder elegir el
cuento que se narra en el aula después.
El contrato que redacto es el siguiente y estará
pegado en el espejo del baño para que la niña pueda verlo siempre.
Si ella se lava los dientes, pegará una estrella
plateada (las brillantes son sus preferidas) en el recuadro. Después, podrá
elegir el cuento que quiera entre dos opciones dadas (para facilitar su
elección).
Habrá veces que tenga que usar el moldeamiento con
ella para ayudarle en alguno de los pasos (echar la pasta o cepillarse los
dientes). En un principio, será suficiente con que haga las acciones aunque el
tiempo sea mínimo. Poco a poco, según vaya estando instaurada la conducta, se
irá pidiendo que el tiempo sea mayor.
En casa, la familia puede utilizar este mismo
contrato dejándole elegir el cuento de antes de acostarse (cuando se lave los dientes
después de cenar) y permitiendo que se traiga un cuento al colegio para enseñar
a sus compañeros/as (cuando se lave los dientes después de desayunar).
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