viernes, 27 de abril de 2018

Análisis de conducta


¡Hola a tod@s!

En esta nueva entrada voy a analizar una conducta disruptiva de una alumna de 3 años con TEA. Después de dicho análisis, plantearé un plan de acción para intentar extinguir esa conducta o reconducirla. El hecho al que me refiero es que cada vez que la alumna tiene que salir de clase para realizar una actividad en la que no voy a participar yo (tutora): ir al aula de música, de psicomotricidad, al comedor..., tiene una rabieta en la que se tira al suelo, patalea, grita y se muestra ansiosa y angustiada.

Comenzaré realizando una recogida de información sobre la conducta:

Antecedente: La conducta tiene lugar en el aula en el momento en que la niña ve que viene otra persona (diferentes maestras o monitora del comedor) para llevarse a los alumnos/as a realizar otra actividad. Hasta ese momento ella se comporta de forma normal.
En casa también le ocurre cuando está con sus padres y viene otro familiar (abuelos, tíos...) para quedarse con ella, sin presencia de los padres, o llevársela a sus casas.

Topografía: La forma física que tiene esta conducta es una rabieta (gritos, pataleos, caída al suelo, ansiedad y angustia).

Función: La función que tiene esta conducta es de evitación, ya que lo que pretende la niña es no tener que separarse de sus personas de referencia.

Consecuencia: Lo que obtiene la niña con esta conducta es una desestabilización total, ya que entra en un estado de ansiedad que rompe con la seguridad que sentía hasta el momento.
En el colegio consigue que yo me quede a solas con ella en el aula para tranquilizarla mientras los compañeros/as se marchan a realizar la actividad.
En casa consigue que los padres se queden con ella y no la dejen con otros familiares.

Una vez recogida toda la información a través de la observación directa y entrevistas con la familia, puedo establecer la hipótesis de que la niña siente una tremenda inseguridad al separarse de sus figuras de apego y eso le genera una gran angustia y ansiedad, por lo que quiere hacer cualquier cosa para evitar dicha separación. Su forma de hacerlo es mediante rabietas ya que tampoco dispone de muchas estrategias comunicativas ni de la adecuada autorregulación.

Plan de acción: En primer lugar, introduciré el planificador de rutinas en el que aparecerán pictogramas que representen las diferentes actividades del día que estarán secuenciados por orden de realización en la jornada escolar. Esto le permitirá a la niña anticipar qué es lo que viene después en cada momento, lo que le aportará seguridad y confianza y evitará, así, que le sorprenda el instante en el que llega la otra persona (maestra o monitora de comedor) al aula.
Negociaré con la niña que, si cuando llegue la otra persona al aula, ella se mantiene tranquila, le acompañaré hasta la otra aula o el comedor. Cuando lleguemos allí, le dejaré en el sitio que le corresponda y me marcharé. Si cuando yo me marche la niña no tiene una rabieta, la maestra le reforzará verbalmente y le pondrá una pegatina, un sello o un gomet a elección de la niña.
Instaré a las otras maestras y monitora a que tengan también un planificador para que la niña tenga presente qué es lo que va a ocurrir en cada momento.   
Cuando regresen al aula, me contarán lo ocurrido y, si es lo esperado, reforzaré verbalmente a la niña y le dejaré que juegue, durante un rato, con sus muñecos favoritos, en el tiempo de rincones.

Por otra parte, trabajaré con ella la autorregulación a través de paneles de petición en los que podrá ir mostrando qué quiere en cada momento.

Tendré que ir observando cómo se desarrolla el plan para, posteriormente, ir retirando apoyos como el de tener que acompañarle a las otras actividades.

Este plan de acción es válido también para las familias, siendo lis padres loa que realicen mi papel y el resto de familiares tomarán el rol de las otras maestras.




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